Finalmente, la implantación de un sistema de contabilidad de costes y de gestión nos va a permitir la consecución de los objetivos anteriormente mencionados, lo cual nos hará estar en perfectas condiciones de responder, con criterio, a preguntas claves del día a día en la gestión empresarial:
- ¿Cuál es el coste real de los productos o servicios que ofrecemos?.
- ¿Somos capaces de dar una correcta valoración de todos nuestros inventarios?.
- ¿Estamos fijando correctamente el precio de venta de nuestros productos o servicios?.
- ¿Qué parte de cada coste indirecto debo asignar, razonablemente, al coste de mis productos o servicios?.
- ¿Qué rentabilidad estoy obteniendo en cada línea de negocio?
- ¿Qué rentabilidad estoy obteniendo con cada tipo de cliente?.
- ¿Qué rentabilidad estoy obteniendo con cada canal de distribución?.
- ¿Qué rentabilidad estoy obteniendo en cada zona geográfica en la que vendo o presto mis servicios?.
- ¿Nos interesa mantener esa línea de negocio, tipo de cliente, canal de distribución, zona geográfica, etc…, o deberíamos eliminarla?.
- ¿Nos interesa aceptar un pedido especial recibido de un cliente?.
- ¿A partir de qué volumen de ventas empezamos a obtener beneficio?.
- Frente a una determinada opción de activo fijo, ¿me interesa más comprar o alquilar, invertir o no invertir?.
- ¿Me interesa fabricar un determinado componente o input que se consume en el proceso productivo, o lo sigo comprando a un proveedor externo?.
- Ante la presencia de algún factor productivo con restricciones en su consumo, ¿dónde debo asignarlo?
- Y un largo etcétera….